Para quienes no están familiarizados con el tema, no resulta fácil comprender la diferencia entre estos dos términos. Sin embargo, para un profesional de la lengua, se trata de dos procesos diferentes.
La revisión consiste en verificar la precisión de una traducción (detección de errores, omisiones, etc.), asegurar que se respete la terminología predefinida y ajustar el estilo general (reformulación de frases que son demasiado complejas o informales, etc.). En este proceso, un segundo lingüista compara la traducción con el documento original con el objetivo de mejorar la traducción, garantizando al mismo tiempo la correcta transmisión del mensaje y el respeto del estilo propio de la empresa. La revisión también ofrece una nueva mirada del texto como podría hacerlo el lector final.
La corrección consiste en corregir la ortografía, la gramática, la tipografía (uso de mayúsculas, puntuación y errores tipográficos), el estilo y la sintaxis (estructura de las frases). Este proceso lo realiza un segundo lingüista y ayuda a detectar aquellos errores que no son visibles para el traductor al revisar su propio texto. A diferencia de la revisión, la corrección se centra solo en el texto traducido, que no se compara con el original. Solo se realiza sobre el texto final. Todas las revisiones deben hacerse antes de este paso de corrección final.