El propósito del entretenimiento es entretenernos. Para que sea eficaz y relevante, el público al cual está dirigido debe entender su contenido desde los primeros segundos para no perder el interés en él. Un lector cerrará un libro mal traducido después de leer una o dos páginas. Será poco común que un espectador mire una película en un idioma extranjero sin subtítulos o doblaje. El objetivo es ampliar el público y al mismo tiempo preservar la autenticidad del producto. Para hacerlo, es necesario que la traducción sea perfecta para que el medio de entretenimiento sobreviva y tenga éxito.
Traducir un programa de televisión, un libro o un sitio web es una cosa, pero venderlos a otros países es otra. Es esencial adaptarlos y ajustarlos a la cultura de llegada para que se integren sin problemas al nuevo mercado. La cultura debe entenderse bien. Un éxito de ventas en Quebec puede no ser número uno en ventas en Bélgica sin su adaptación. Cuando se trata de ajustar entretenimiento a otra cultura, el riesgo es grande, pero cuando es un éxito, los beneficios son muchos.
Además, la traducción de entretenimiento y su exportación a un mercado extranjero brinda la ventaja de aumentar la visibilidad de la cultura. La película Parásitos, de Corea del Sur, no habría podido ganar el Óscar a Mejor película en 2019 si no se la hubiera subtitulado a decenas de idiomas, con lo cual se les dio la oportunidad a muchos países de mirarla.