Para comprender mejor de qué se trata la localización, tomemos por ejemplo el español de España y el español de México. ¿Es necesario traducir entre estos dos idiomas? No, claro, pero tenemos que realizar una localización porque hay varias diferencias: en el tratamiento (p. ej., en España se tutea, es decir, se utiliza el tú para dirigirse hacia otra persona, pero en Latinoamérica se prefiere el usted), terminológicas (p. ej., en España se dice conducir un coche, mientras que en México se usa manejar un carro) y gramaticales (p. ej., en México se usan con mayor frecuencia los diminutivos como -ita -ito [hombrecito] que en España donde se prefiere -illa -illo [hombrecillo]).
Además, la localización es una potente herramienta de marketing porque se enfoca en la adaptación de un producto para el mercado local y el público al que se dirige. Tiene un enfoque comercial y tiene en cuenta los hábitos de consumo locales del producto.