El 67 % de la población mundial (5,100 millones de personas) usan dispositivos móviles, lo cual significa que se conectan a la Internet desde su teléfono celular. Dada esa cifra, es fácil entender mejor porqué es interesante poner su aplicación web o para dispositivos móviles a disposición del público en varios idiomas. Y es tanto más así dado que hoy en día el tráfico de Internet desde dispositivos móviles es más alto que el tráfico desde computadoras.
Muchas empresas están desarrollando aplicaciones para aumentar su presencia en la Internet. Desde sitios web de comercio electrónico hasta paseos de compra o incluso sitios de contacto entre personas, todos son conscientes de que, si está bien diseñada y disponible en el idioma del público al cual está dirigida, una aplicación es un recurso de contacto con sus clientes. Enviar notificaciones es una ventaja innegable para recordarle al cliente la existencia de la marca.
Para brindar traducciones, las agencias emplean a traductores especializados en la localización de aplicaciones y software para dispositivos móviles. Aquí usamos el término localización porque es esencial adaptar el medio al idioma, pero también a la cultura y a las normas locales. Tomemos el ejemplo de la Unión Europea y el Reglamento General de Protección de Datos. Si ese reglamento está vigente para un país miembro de la Unión, necesariamente estará vigente para un país que no sea miembro de la Unión. Por lo tanto, eso puede tener consecuencias en los elementos que habrán de traducirse y ponerse a disposición del público. Un lingüista experto también tomará en cuenta los aspectos técnicos obligatorios de su trabajo, como la limitación en la cantidad de caracteres.