El inglés antiguo corresponde al período en el cual las tribus germánicas estaban migrando a Bretaña. Hay pocos registros tempranos de este período, pero se cree que el latín, el nórdico antiguo y el francés anglonormando (después de la conquista normanda) comenzaron a influir el inglés antiguo hasta convertirlo en inglés medio. Si bien relativamente breve, el período del inglés medio fue una época de cambios importantes, en la cual el idioma siguió viéndose sometido a la influencia continua del latín y el francés. Fue durante este período que el orden de las palabras pasó a ser un componente más importante en la gramática inglesa. El inglés moderno, que existe ya desde hace más de 500 años, fue testigo del surgimiento de la imprenta y de su efecto en la ortografía inglesa. Otro factor influyente fue la colonización de ultramar y el contacto con otras culturas, lo cual produjo una variedad de dialectos en las colonias británicas de todo el mundo.
La historia del inglés puede dividirse en tres períodos definidos: el inglés antiguo, de 500 a 1100; el inglés medio, de 1100 a 1485; y el inglés moderno de 1485 al presente.
Se ha calculado que hoy en día el inglés es el idioma materno de entre 350 y 400 millones de personas en todo el mundo. Si bien todas esas personas hablan inglés, hay diferencias regionales de las que los traductores deben ser conscientes al traducir al idioma (por ejemplo, las variaciones de ortografía y terminología entre el inglés estadounidense y el británico). A quienes hablan inglés sin que sea su idioma materno la ortografía les resulta ilógica e irregular. Eso puede deberse a que la ortografía tiene una relación más próxima con la pronunciación de los siglos XVI y XVII que con la pronunciación moderna.